domingo, 30 de mayo de 2010

Curriculum y nada es inocente

PONGAMOS ATENCIÓN AL CURRÍCULO OCULTOY AL CURRÍCULO QUE ANULAMOS
Todo esto es currículo, en su versión tradicional o cosificante y en su versión progresista o humanizante. Pero una cosa es el currículo escrito, el que explicitamos, otra es el currículo oculto y otra el currículo nulo. Entender estas diferencias nos adentra más aún en el complejo mundo de la educa­ción. El currículo explícito es el que tengo en un documento,­ el que puede leer todo el mundo. Mucha gente cree que basta­ con el currículo explícito, que en él está toda la intenciona­li­dad y toda la orientación pedagógica. Y no es así.
El currículo oculto es inherente a todo proceso educativo, aunque no estemos conscientes de ello. Tiene que ver con las expresiones y los gestos que usamos, que siempre tienen un gran impacto entre los niños y las niñas pequeños. Ya existe mucha investigación sobre currículo oculto en la educación inicial, especialmente en el tema de género. Ningún currículo explícito dirá que hay que discriminar a las niñas, pero quizás cuando estoy trabajando con los 30 niños y niñas que tengo delante me dirijo más frecuentemente a los varones, porque son los que se mueven más, y dejo a las niñas en segundo lugar.
Los gestos son fundamentales. A veces, un gesto dice más que mil palabras. Viene un niño a enseñarme su dibujo, que tanto le ha costado, y sin casi mirarlo, le hago un gesto que a él le indica que no me interesa lo que hizo. Todo esto es muy sutil. Va en el rostro, en cómo te miro, en cómo te recibo, en si te miro a los ojos, en lo que te digo y en lo que no te digo con palabras y sí con el rostro, con las manos, con todo el cuerpo. Si hay una educadora que está siempre con cara de desgano y de poco asombro, ¿cómo va a tener niños inteligentes y animados? Capacitar en cómo tomar conciencia de los gestos es mucho más trascendental que dar un montón de intelectualidad teórica.
¿Y el currículo nulo, el currículo que anulamos? En cualquier país de América Latina hay uno, dos, tres o cuatro colegios -según el tamaño del país- que están en la capital, que son muy connotados y de donde tradicional y genera­cio­nalmente han salido los presidentes, los ministros, los parlamentarios, todos los tomadores de decisiones. En Santiago, por ejemplo, uno ya sabe que uno de los niñitos del jardín infantil de cierto colegio del barrio alto será posiblemente Presidente de Chile o Ministro de Educación o senador o diputado. Porque, por clase social y por recursos, ese colegio es semillero de esos altos cargos públicos.
Este colegio se plan­tea­ como un proyecto muy democrático. Una vez, trabajando con este colegio, pregunté a mis colegas de educación parvularia cómo hacían para que los alumnos conocieran la realidad de Chile. “¿Han llevado a los niños del jardín a alguna población urbano-marginal para que conozcan que hay otros niños chilenos, de su misma edad, que hablan distinto, que juegan distinto, que huelen distinto, que usan otras palabras, que se visten con ropa usada, que se peinan diferente?” Me contestaron que nunca lo habían hecho y que tampoco nunca habían invitado a esos niños “distintos” a visitar el colegio.
Después, me invitaron a una reflexión sobre el currículo y les hice ver el currículo que estaban anulando. Porque estaban enseñándoles a aquellos niños, futuros mandatarios, que Chile era de niños igual que ellos, que en Chile no había otro tipo de niños. Y esto sucedía en un proyecto educativo muy progresista. Les hice ver que, desde la supuestamente inocente educación infantil, se pueden establecer discriminaciones, separaciones y privilegios que se mantendrán después durante toda la vida.

NADA ES INOCENTE
La educación infantil nunca es inocente ni ingenua. Marca tendencias, marca actitudes. Por eso debemos pregun­tarnos siempre: ¿qué explicito, qué valoro, qué anulo, qué dejo de lado? Y debo ser consciente que al explicitar unas cosas siempre estoy dejando de lado otras. Últimamente se está develando la importancia del currículo oculto, viendo que muchos de los fracasos y éxitos de la educación se juegan en el currículo oculto. Porque el papel lo aguanta todo, y en el currículo explícito podemos poner las maravillas más maravillosas, pero en el currículo real, el que hago en la sala de actividades, donde no considero a todos iguales, donde privilegio unas cosas, donde hago gestos que envían señales, donde doy prioridad a la niña más bonita o al niño que es líder, es en donde se juega la calidad de la educación.

PEDAGOGA Y ANTROPÓLOGA CHILENA. RESUMEN DE LAS CHARLAS QUE IMPARTIÓ EN MANAGUA EN EL SEMINARIO “CALIDAD DE LA EDUCACIÓN CON ÉNFASIS EN LA EDUCACIÓN INICIAL” EN AGOSTO 2004, PATROCINADO POR SAVE THE CHILDREN NORUEGA.EDICIÓN DE ENVÍO.
http://www.envio.org.ni/articulo/3236

3 comentarios:

  1. El currículo escrito, específicamente desde la posibilidad de sus componentes académicos (Asignaturas electivas) puede inducir a una inocencia del currículo cuando el proceder administrativo del estudiante al elegir asignaturas alejadas del perfil profesional "cambia" la intención de su formación por competencias

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  2. Alguien me puede esplicar mas somenos que es el "currículo no es inocente"

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  3. El currículum es neutro o inocente?

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